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Madre María: Sangre Mística Femenina

En el siglo XIII (año 1425) entre la presión de la Iglesia católica por imponer el Patriarcado, y el surgimiento del Renacimiento… el despertar humano de la Ciencia y el Arte... vivió Jan Van Eyck, un Gran Maestre… Iniciado en los Misterios Antiguos, Famoso pintor y respetado amigo de la realeza y de personas influyentes.


En esos tiempos proliferaron las Órdenes o Sociedades Secretas, mayormente para la élite de la Sociedad, personas cultas y estudiadas con criterios propios, que deseaban preservar los Misterios antiguos a pesar de la imposición social y política de la Iglesia. A estas sociedades pertenecían personas despiertas, empresarios, políticos, y miembros de la realeza.


Ellos a través de su influencia, se dieron a la tarea de codificar secretamente a través de símbolos los Misterios Originales, en el arte y la arquitectura de esos tiempos, incluso de las Iglesias y pinturas que eran financiadas con sus recursos.


Entre los misterios antiguos y las tradiciones herméticas, estaba la adoración al Sagrado Femenino y al Santo Grial. La Mujer… como el altar sagrado, dador de vida.


Jan Van Eyck rara vez pinto a Jesús adulto en sus obras. En ellas, suele aparecer La Divina Madonna o María, como el altar rojo en sus pinturas. Su regazo (o útero) como un trono es el altar y el asiento de Dios o “Trono de la Sabiduría”.





María, como contenedor de la Divinidad. El útero de la mujer como “asiento” de culto. María simbolizando la “gracia divina” o Shekinah como le llaman los cabalistas, y “Sophia” como le llaman los gnósticos.


Aunque el padre contribuye al 50% con la huella genética de un niño… ni una gota de su sangre pasa entre él y el niño. La sangre del útero de la madre da la vida al nuevo ser y así lo especifica una línea de sangre mesiánica referente a la “Sangre Mística Femenina”. Esto es por lo que muchas tribus y culturas, incluyendo los judíos, manejaban las líneas de descendencia matrilineales.


La Sangre Original usada para ungir las piedras sagradas encontradas en los templos antiguos, era sangre sagrada de la mujer… de la menstruación y del Nacimiento.


Jan Van Eyck pintó a María como figura central de sus cuadros, revelándola a ella misma como el Altar…. de rojo, como la sangre de su útero sagrado, derramada durante el Nacimiento del Cristo.


Sus magníficas ropas rojas indican sangre femenina, poder, pasión, amor, y si observas mejor… puedes encontrar en ellas los delicados pliegues de la Vagina o del Yoni.


En el piso, la Estrella de ocho puntas con el círculo en el centro, que hace alusión a la Estrella de Venus, de Ishtar o de Inanna.


Y al fondo del cuadro, si te paras dentro de la pintura, del lado derecho (masculino) el símbolo fálico en las columnas y en el lado izquierdo (femenino) las aguas del río... las aguas de la madre…


Ella es, una extensión del útero de la Diosa.


Athenea Flor del Nilo

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